martes, 31 de julio de 2012

YA NO MÁS (Cuento Amazonico)


YA NO MÁS



Se fueron en grupo de tres por hectáreas; así estaban designados; “los tigrillos,” así se llamaba la cuadrilla encabezado por Rafael un hombre dedicado a la extracción de madera, ya sea de manera particular o a través de empresas taladoras, en este caso él fue contratado por la empresa “DESTROFORE”, esta empresa se encarga en deforestar la selva peruana con el fin de crear inmensos terrenos para la siembra de plantas alternativas tales como el cacao, café, piña y plátanos; dependiendo el terreno adaptable a dichos productos agrícolas, esa se realiza sin importar la devastación de la fauna silvestre. Todas las cuadrillas tenían una tarea por día y tenían que cumplirla, sino, no era justificado su salario, a veces salía beneficioso el día ya que no había muchos árboles que derribar, solo palizadas, para que después otra cuadrilla entrara a la quema de todo lo derribado. Otros días en cambio el terreno era habitado por grandes y gruesos troncos de árboles, donde estos servían como hogar para las aves, algunos insectos y animales terrestres en general, una vez derribados también servían para el beneficio de esta empresa, lo vendían cubicadamente.
Como todo trabajo que se puede conocer siempre está dotado de un riesgo, en este caso de la tala, el riesgo para el personal es muy alto, pues te estas dirigiendo a un lugar que nunca el ser humano ha pisado, tal vez algún indígena de la zona; pero quien sabe, en aquel lugar estás expuesto a: toxinas, algún animal feroz y hambriento, el clima, o también a quedar golpeado por alguna rama que se desprende al momento en que se derriba un árbol, caso que sucedió con Rafael, mientras que su motosierra quedó atascado en el grueso tronco, no se percató que este tenía una especie de enredaderas que unían algunas ramas de otros árboles aledaños; al momento que caía este árbol trajo consigo una multitud de ramas muy gruesas, dejando a Rafael sin lugar alguno donde correr, sucedió tan rápido que solo se acuerda que sintió un fuerte golpe en la nuca, nunca le había pasado esto, considerado una de los mejores en la empresa, terminó siendo el más descuidado, ahora está en casa recostado, la empresa no quería reconocer los gastos al principio, nadie tenía seguro social, solo seguro mortal, tras un largo proceso judicial se pudo hacer que la empresa se encargue del cuidado global de sus necesidades medicinales.
Pasaron cuatro meses y dice que ya no piensa retornar a ese monte, también ya habían vendido todas sus herramientas de trabajo, para cubrir algunos gastos cotidianos, su mujer se puso a trabajar lavando ropa, sus hijos son pequeños aún, están en la escuela, el mayor dejó de estudiar por estar al cuidado de su papá. 
los hermanos de Rafa como le llaman, le visitan de vez en cuando, todos viven en la chacra, dedicados a sus sembríos y a sus animales, cada fin de semana salen a su visita trayendo algún animal de monte como un “picuro, majas, un armadillo ó carachupa” o también le traen una gallina y le cocinan el caldo que tanto le gusta, Rafael está feliz y muy agradecido a la vida, es su segunda oportunidad, ahora solo cuenta anécdotas acerca de lo vivido en ese mundo de la tala de árboles y la extracción de madera, cuenta que una vez a su amigo le golpeó un horcón en la mano, dejándole tres dedos sin uñas, esto sucedió mientras las acomodaban en la orilla del río; también ocurría que cuando se internaban en lo profundo del monte (selva virgen), se observaba reptiles muy grandes; tales como serpientes, motelos, ranas, etc... Y cuando se iban de pesca, ellos podían atrapar algunos sin necesidad de red o anzuelos, era tanto la abundancia que se daban el lujo de seleccionar el más grande y pesado, pero ahora todo quedó en su pequeña historia, son momentos que ya no se van a repetir, por la gran secuela que  le dejó esta rama, no puede mover sus piernas, pero si puede dibujar una sonrisa en su desteñido rostro.








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